Las nebulosas planetarias extragalácticas

 

Michael Richer

richer@astrosen.unam.mx

5 de marzo 2006

 

Una gran parte de mi investigación concierne varios aspectos de las nebulosas planetarias en otras galaxias aparte de la nuestra, la Vía Láctea.  Estrellas como nuestro Sol y hasta ocho veces más masiva pasan por la etapa de nebulosa planetaria en la penúltima fase de sus vidas.  En esta etapa, se levantan las capas exteriores de la estrella para difundirse en el espacio circundante, la estrella así regresa material a su galaxia huésped que se incorporará en la siguiente generación de estrellas.  Eventualmente, la pérdida de las capas exteriores deja descubierto el núcleo de la estrella, donde sucedían las reacciones nucleares que mantuvieron a la estrella a lo largo de su vida hasta este punto.  El núcleo es muy caliente, usualmente teniendo una temperatura de más de diez veces la del Sol, y emite luz ultravioleta y de rayos X.  Esto provoca que las capas exteriores de la estrella que se expanden en el espacio se ionizan y brillan, como sucede en un foco (tubo) fluorescente.  En nuestra galaxia, la Vía Láctea, se conocen más de dos mil nebulosas planetarias.  Sin embargo, estudio estos objetos en otras galaxias, en parte porque mis fines originales eran dedicados al estudio de sus galaxias huéspedes, pero también porque es más sencillo de seleccionar las nebulosas planetarias extragalácticas de manera más homogénea, lo que posiblemente nos ayude a entender mejor como funcionan.  La imagen principal presenta a la galaxia de Andrómeda (M31), la galaxia gigante más cercana a nuestra Vía Láctea, así como un par de sus compañeras enanas, las galaxias M32, la “bola” brillante directamente por debajo del centro de la galaxia de Andrómeda, y NGC 205, el objeto difuso diagonalmente arriba hacia la derecha.  Se amplifica una porción pequeña de NGC 205 en las imágenes verde y roja (colores falsos), tomadas a través filtros que transmiten luz de diferentes colores.  En la imagen verde, se ven varios objetos que no están en la roja.  Estos objetos que se ven solamente en la imagen verde son nebulosas planetarias en la galaxia NGC 205, una de las cuales se resalta dentro del circulo.

 

 

Una vez encontrados estos objetos, los podemos estudiar más detalladamente.  Para lograr esto, obtengo espectroscopia de baja y alta resolución.  La espectroscopia es una técnica que permite descomponer la luz en sus colores componentes (longitudes de onda) para poder estudiar la luz de los elementos de los cuales está compuesto el material que brilla (oxígeno, helio, hidrógeno, etc.).  Como ilustra el espectro de baja resolución de la nebulosa planetaria #5 en NGC 205 (PN 5), se ve luz de una variedad de elementos (hidrógeno, helio, oxígeno, nitrógeno, neon, azufre y argon) a través de las cuales se puede estudiar la composición química del material del objeto.  (La luz de ciertos elementos se ve bien solamente en las secciones ampliadas del espectro.)  Este espectro también explica porque funciona la técnica ya descrita para descubrir las nebulosas planetarias extragalácticas.  La franja verde pintada sobre el espectro de baja resolución incluye la luz brillante del oxígeno mientras que la franja roja adyacente no incluye ninguna emisión importante.  Como consecuencia, se pueden encontrar nebulosas planetarias extragalácticas fácilmente tomando imágenes de una galaxias a través de dos filtros, uno que transmite la luz brillante de estos objetos y el otro que no la transmite.  Las pequeñas imágenes, verde y roja, fueron tomadas con esta técnica y se ve claramente varios objetos en la imagen verde que no se ven en la imagen roja.  Podemos estudiar los movimientos del gas en estos objetos con espectroscopia de alta resolución.  Esto se debe a que el movimiento del gas provoca que la luz que emite tenga un color ligeramente distinto a si se emitiera con el gas en reposo.  Es este mismo efecto (el efecto Doppler) que explica porque la sirena del camión de los bomberos tiene un sonido más agudo cuando se acerca y un tono más bajo mientras se aleja.  De esta manera, podemos analizar el perfile obtenido para la nebulosa planetaria #5 en NGC 205, ajustándole un modelo teórico (la línea punteada), y determinar que el gas que la compone está en expansión y está difundiéndose en el espacio con una velocidad de 16 kilómetros por segundo (nótese, ¡no en kilómetros por hora!). 

 

Hace varios años, hice un reconocimiento para descubrir nebulosas planetarias a través la galaxia de Andrómeda y sus compañeras M32 y NGC 205 con colegas de Seúl en Corea del Sur usando el telescopio de 90-cm del observatorio Kitt Peak en Arizona, EEUU.  De este reconocimiento salen las imágenes verde y roja.  Los espectros de baja resolución fueron obtenidos con el telescopio Canadá-Francia-Hawaii en Mauna Kea, Hawaii, EEUU.  Los espectros de alta resolución provienen de estudios que he hecho con colaboradores de la sede en Ensenada, Baja California del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México.  Usamos el telescopio de 2.1-m del Observatorio Astronómico Nacional en la Sierra de San Pedro Mártir con el espectrógrafo Manchester échelle.  Con este instrumento, hemos llevado a cabo mediciones de las velocidades de expansión de casi doscientos nebulosas planetarias en once galaxias cercanas a nuestra Vía Láctea, además de un reconocimiento aun mayor de nebulosas planetarias dentro de la Vía Láctea.  A través estos estudios, espero aprender mejor como evolucionan las nebulosas planetarias y cuales son sus efectos sobre la evolución de la composición química de sus galaxias huéspedes.